No siempre todo se programa, a veces fluyen las motivaciones y se plasman, sin pensar, sin evaluar las variables externas de opinión que, tan a menudo, coartan algunas de nuestras mejores intenciones. Así nació Rock y Educación, sin el miedo a verse encajonado, sino todo lo contrario, ensalzando los valores que unen a todas las manifestaciones artísticas en mor de aportar una llamada de atención a una deriva poco halagüeña. Y sí, un cúmulo de satisfacciones han ido colmando esa peripecia que junto a Javier Estévez nos ha llevado a realizar un buen grupo de eventos y actos donde no hemos tratado de defender otra cosa que la necesidad de una sociedad creativa, emprendedora y humanista.
Nuestro ideario es sencillo: crear ciudadanos que valoren el Arte y que las materias y contenidos educativos estén vinculadas en un todo continuo, sin compartimentos estancos, en proyectos multidisciplinares, en trabajos en grupo que sean reales, sin buenismo paternalista y que hagan de nuestros chavales un público crítico y proactivo en sus propios deseos e ilusiones. Y sí, todo ello por medio de la Música y, para que pueda ser aplicado a la educación general, por medio de las expresiones underground, por medio del Rock.
Aún quedan fechas en el horizonte, pero -acorde al momento del año en el que estamos- resulta pertinente hacer balance y debo decir que 2014 ha sido el año de mi compromiso intelectual con el cambio en la educación general por medio de un libro que pone sobre la mesa los retos de nuestro sistema. Junto a Javier Estévez, hemos plasmado trabajos de años atrás y, vista la repercusión, hacía falta hacerlo.
Gracias a todos los que nos han ayudado.